jueves, 3 de febrero de 2011

¡Mi casa, mi planeta!

Hace algunos días leí una noticia que me impactó mucho: un oso polar había nadado por nueve días buscando un trozo de hielo donde permanecer, en el recorrido su pequeña cría no resistió la penuria y murió antes de llegar a tierra estable.

Sabemos muy bien que el cambio climático cada vez perjudica más al mundo y a sus especies. ¿Pero qué estamos haciendo realmente para remediar esta terrible situación?

No necesitas cambiar completamente tu estilo de vida para ayudar. Sólo adaptando tus hábitos cotidianos o los materiales que usas en casa puedes lograr un gran avance para contribuir a la mejora del planeta. Aquí te dejó una serie de alternativas que puedes emplear en casa ¡Yo ya las uso!

Ahorro de energía eléctrica: apagar las luces que no se usan, comprar bombillas de bajo consumo (focos ahorradores) y descongelar la nevera cuando se acumule mucho hielo.

Recicla tu basura: Reciclar los residuos, ayuda a reducir la contaminación y las emisiones de carbono, si no sabes cómo hacerlo, en muchos supermercados de Lima hay basureros especiales para cada tipo de material a reciclar. (Vidrio, plástico, papel y residuos sólidos).

Materiales orgánicos: Estos reducen la cantidad de toxinas en tu hogar. Por ello para tus paredes es mejor pinturas blancas y muebles orgánicos, como lámparas y estantes hechos de bambú que además de ser muy elegantes contribuyen a no talar árboles.

Pintura orgánica para tu ropa: hecha a base de extractos de leche, lima y soya, está adicionada con minerales que lejos de dañar nuestra salud la cuidan. Por internet puedes encontrar varios sitios en Lima donde se vende ropa hecha de algodón orgánico.

Cuando usar lo artificial para no dañar lo natural: Una excelente opción son los arreglos y centros florales compuestos por flores artificiales de tela, montados sobre cristal reciclado y con resinas transparentes que simulan el agua natural. Este sistema permite tener arreglos florales con un toque de frescura y naturalidad, y además no dañar a una inocente florecita.

Por último una regla importantísima: la de las tres erres. Reduce, rehúsa, recicla. Ten en tu habitación sólo lo necesario para vivir cómodamente, usa de nuevo las cosas que ya tienes y dale un servicio distinto a las cosas que estabas por desechar.

Simplemente aplicando estos hábitos en tu vida, ya estás salvando a nuestro extraordinario mundo. Vamos, ¡anímate!